ANTECEDENTES

En el año 2009 en el mes de octubre, Democracia Social AVE A.C, (DSAVE) realizó su Asamblea Nacional Ordinaria en la Ciudad de Aguascalientes, donde conjuntamente se tomó la decisión de reformar los Estatutos de la misma y así renacer con el nombre e imagen de la Asociación como Democracia Social AVE. A partir de la II Asamblea Nacional Ordinaria, Democracia Social AVE (DSAVE) acuerda la reforma de sus Documentos Básicos, pasando de ser una corriente de opinión al interior, a un gran movimiento nacional que fundamentalmente busca engrandecer la política, con acciones que alienten los acuerdos para el crecimiento y el desarrollo del país, iniciando así formalmente su vida interna y externa, contando así con más y nuevos contactos y canales de representación de diálogo hacia el interior del Partido Revolucionario Institucional (PRI)

sábado, 28 de enero de 2012

APRENDIENDO A SER CIUDADANOS


Tomás López González
El hecho de que a la calle saliera un sector o segmento de la sociedad que vivía cómodamente sin precaución alguna, fue una alarma que se prendió por que se había roto parte del tejido social que le garantizaba seguridad a los ciudadanos y muchos de sus intereses, como sus mismos bienes.
Cuando vi, observé y sentí la participación de un segmento social que no la había tenido, a lo largo de la historia, al menos en México, entonces entendí que las cosas habían cambiado en nuestro país, de acuerdo a los movimientos que se dieron en la década pasada, que marcaron el inicio del siglo XXI.
El hecho de que la gente saliera a la calle de un sector o segmento de la sociedad que vivía cómodamente para protestar por la falta de seguridad y sin preocupación alguna, fue una alarma que se prendió, porque se había roto parte del tejido social que le garantizaba la seguridad a los ciudadanos y muchos de sus intereses, como sus mismos bienes.
Por eso al observar diversos movimientos, cada uno con su causa y muy bien definida, encontramos la participación abierta de diversos sectores sociales, buscando respuesta a sus agendas, que demandan lo más esencial para la convivencia humana; libertad y seguridad para tener certidumbre.
La participación directa del ciudadano, activa a  una sociedad para encontrar respuesta a las demandas más sentidas.
La participación por sí misma, genera condiciones de demanda social que ya no pueden esperar, teniendo una connotación mucho más importante que el mismo hecho de la participación para demandar soluciones; generar una condición de aprendizaje a ser ciudadano.
La eficacia de un gobierno ha requerido, ahora más que nunca, de la acción participativa de la ciudadanía organizada y no organizada, porque el Estado ha sido rebasado por la realidad; lo cual pone en peligro todas las garantías que han pasado a ser letra muerta de nuestra Constitución y sus leyes secundarias.
Aristóteles establecía que “la democracia debía ser un sistema de participación amplia, para evitar que el poder lo ejercieran determinadas células ciudadanas de manera despótica”, el problema es que en estos momentos ni siquiera ejercen el poder, lo que hay, es una completa omisión -ya no digamos como responsables del Estado-  de sus atribuciones y obligaciones como servidores públicos.
Por lo que ahora las instituciones sociales, educativas, cívicas, culturales, y algunas políticas rescatables, cumplen una función innegable, que junto con la participación amplia de la ciudadanía, asumen posición pública, sobre todo cuando hace falta la acción práctica del gobierno.
La participación, es una actividad indispensable para el vivir del ciudadano. Lo que se observa en los últimos movimientos, es que cada participante ya comprende el contexto de su propia causa y no permite que le contaminen su agenda de demandas.

Existe una diversidad de temas, pero es necesario que cada asunto se vaya resolviendo por su vía adecuada, un ejemplo de ello es el movimiento encabezado por el poeta Javier Sicilia, que buscaron contaminar con demandas, grupos radicales que ya han agotado parte de sus propias instancias.
La experiencia nos habla muy claro: ciudadano que no participa, se aísla de su propia realidad.
La participación ciudadana, cuando coincide con las acciones del gobierno, lo legitima; la pasividad social solo le genera un vacío. Las condiciones actuales son por completo de salvamento urgente, hacen falta hombres de Estado.
Este gobierno ante la falta de legitimación, vía sus propias instituciones y  la sociedad, terminó por si solo en su toma de decisiones, por legitimar la violencia.
En la primera mitad del siglo XX el poeta Rómulo Gallegos daba clases de ética en la Universidad de Bogotá, por ese tiempo, se iniciaron las revueltas en el país Colombiano, un día llegó el poeta a impartir su clase y solo encontró a tres alumnos. Se les quedo viendo y les preguntó “ustedes ¿a qué vienen a la Universidad?” Ellos prontos, le contestaron “A aprender ética”, lo cual hizo que al poeta Rómulo Gallegos, levantara la voz y les contestara contundentemente “hoy la ética se aprende en las calles de Bogotá”.
Mientras sigamos solo viendo y observando, la solución no va a caer como consecuencia de la casualidad, aparte de participar para la solución a la problemática integral o en tema por tema.
Requerimos principios y valores que nos permitan la participación en la vida pública de nuestra nación, así ésta será, nuestro accionar con la ética aprendida de nuestras necesidades y nuestro ámbito de formación.

E-mail  tomaslopezg@yahoo.com.mx

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